precisamente el caso de la estudiante estadounidense Lydia Gale Clark quien, durante su cumpleaños número 21 (la edad permitida para comprar alcohol en Estados Unidos), murió tras ingerir 16 shots.
De acuerdo a Daily Mail,
esta joven optó por celebrar su cumpleaños tomando demasiados tragos
por lo que, a la mañana siguiente de su santo, Lydia fue encontrada
muerte por ingerir excesivas cantidades de licor.
A
pesar de ser una "droga" aprobada socialmente, el alcohol sí mata.
Sobre todo cuando adolescentes en todo el mundo suelen creer que, por
ingerirlo en grandes cantidades, sus reputaciones van a verse mejoradas.


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